Tras un podio que supo a gloria en el Gran Premio de Gran Bretaña, Sebastián Montoya no posee tiempo para celebrar. La Fórmula 2 viaja a entre los santuarios sagrados del automovilismo mundial: el circuito de Spa-Francorchamps. El piloto colombiano llega a Bélgica en un estado de forma inusual , con la confianza y el claro propósito de proseguir su escalada en la clasificación general.
El segundo puesto en la carrera sprint de Silverstone fue la culminación de una racha pasmante. Montoya acumula ya cuatro top 5 sucesivos en las carreras primordiales , una regularidad que lo ha catapultado al séptimo puesto del campeonato con 72 puntos.
Su evolución ha sido constante y notoria. Desde su sufrido pero apreciado podio en Mónaco, el conduzco del aparato Prema demostró una madurez y una agilidad que lo posicionan como entre los enormes personajes principales de la segunda mitad de la temporada. La victoria, que al comienzo parecía lejana, ahora se siente poco a poco más cerca.
Si hay un circuito que mide el auténtico temple de un conduzco , ese es Spa. Sus siete km de asfalto, con curvas legendarias como Eau Rouge, Pouhon y Blanchimont, exigen una combinación impecable de valentía, técnica y un vehículo bien equilibrado. A esto se aúna el tiempo impredecible de la zona de las Ardenas, que puede pasar del sol a la lluvia en cuestión de minutos, transformando cada vuelta en una lotería estratégica.
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Para Montoya, este fin de semana es una prueba de fuego. Demostrar su agilidad en un escenario tan impresionante sería la confirmación definitiva de que está ya listo para batallar por cotas más altas.